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La ría de Solía y las marismas de Morero

La ría de Solía y las marismas de Morero.  La ría de Solía está al suroeste de la bahía de Santander y separa a Villaescusa de los municipios limítrofes El Astillero y Piélagos. Nada de lo que observamos hoy día recorriendo el sendero  que discurre en su margen y que fue el recorrido del antiguo tren minero, u observando su trazado desde el pico LLen, nos puede dar una idea de la dimensión que tuvo antes del rellenado de la misma con los lodos de la mina.  La mareas empujaban el agua del mar hasta el puente de Solía en el corazón del Valle, donde desembocan el río de la Mina y el de Riosequillo y la ría en pleamar era perfectamente navegable y de hecho en algún caso los grandes barcos construidos en El Astillero subía hasta el puente de Solía antes de emprender sus travesías. Además la existencia de los puertos de Solía y Mobardo para la carga de material y su transporte hasta Santander hacían a la ría contar con movimiento de barcos.  Los astilleros es la actividad que más fama dará a la ría, desde  que en 1581 Felipe II encarga la construcción de los primeros galeones construidos en serie, las condiciones de calado de la canal de Guarnizo para la botadura y amarre, así como el abrigo natural  y la proximidad de buena  madera de roble en las sierras del Valle hizo que durante los siguiente siglos fuese la mayor actividad de la zona. Si la actividad del astillero perduró hasta 1871 provocando la desforestación de los montes  por esos años comienza otra actividad que dañaría irreversiblemente la ría, es la minería. Las zonas con influencias mareales, de intercambio de agua dulce y salada, tan ricas ecológicamente, durante años fueron consideradas zonas insalubres, lo cual permitió la concesión de permisos para el relleno con los lodos procedentes del  lavado del mineral de hierro. Aproximadamente el 80 % de la superficie original de la ría ha sido rellenado.